DONDE…
Donde las aves llegan,
donde los barcos se pierden,
donde el eco de tu voz
se hace mi propio silencio.
Anclaje de susurros
atrapados en infinitos momentos,
sin horarios ni días contados,
solo en las inmensidades ineludibles
de nuestra propia existencia.
Recóndito lugar, donde
refugiamos nuestras penas,
los ahogos, las tristezas,
el desgaste de lo cotidiano,
el devenir de sentimientos
que se escabullen en
una isla distante,
en un mar efímero,
en medio de nuestros corazones.
del libro: Rozando el Alma
2 comentarios:
cuando me gusta lo que leo, me detengo y dejo un comentario,
me gusto mucho el poema.
un abrazo
gracias a DAvid y a mi querida Dragoncita siempre por estar presentes. besos
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