
LA SEDUCCIÓN
La puerta del bar se abrió de par en par, y la noche dio comienzo a una carrera desmedida contra el tiempo.
Seres abocados a la tarea de cada viernes, seducir como sea, con el cuerpo, la palabra y con el alma.
En ese fanático frenesí en el que se ven inmersos, todo lo exterior tiene doble puntaje.
Pobrecito de aquel que no fue premiado con tal gracia, pero un buen auto y una billetera abultada cumplen el mismo rol, y en ellas un esbelto cuerpo vale más que un instruido cerebro, y el resto si es feo se tapa con la almohada.
La música, las luces, el alcohol, todo energiza para desinhibirse, grandes conquistadores que a la luz del día, ni se atreverían siquiera a decir una frase amorosa y menos a escribir una carta de amor con un “te quiero”.
Bipolaridad de caracteres, bipolaridad de sexos, todo es valido en la noche, total todo se oculta, se esconde....
Seres iguales a otros seres desenfrenados con una sola meta: conquistar. Y si llegan a tener un buen sexo pueden decir que ganaron el premio mayor de la lotería.
Así se sentía él cada fin de semana con la adrenalina a flor de piel, en esa vertiginosa lucha de poder y de sentirse un ganador.
El no era exactamente lindo, yo lo describiría como a alguien de muchísima personalidad, con ángel, con carisma, muy varonil y sumamente irresistible.
Con un no se qué, que atrae como un imán y una vez cerca cuesta despegarse de su lado.
Pero para él, todo es descartable, y cada viernes comienza su loca carrera descontrolada de seducir, pero jamás caer bajo las redes de eso que llaman amor y que él no está dispuesto a conocer.
La puerta del bar se abrió de par en par, y la noche dio comienzo a una carrera desmedida contra el tiempo.
Seres abocados a la tarea de cada viernes, seducir como sea, con el cuerpo, la palabra y con el alma.
En ese fanático frenesí en el que se ven inmersos, todo lo exterior tiene doble puntaje.
Pobrecito de aquel que no fue premiado con tal gracia, pero un buen auto y una billetera abultada cumplen el mismo rol, y en ellas un esbelto cuerpo vale más que un instruido cerebro, y el resto si es feo se tapa con la almohada.
La música, las luces, el alcohol, todo energiza para desinhibirse, grandes conquistadores que a la luz del día, ni se atreverían siquiera a decir una frase amorosa y menos a escribir una carta de amor con un “te quiero”.
Bipolaridad de caracteres, bipolaridad de sexos, todo es valido en la noche, total todo se oculta, se esconde....
Seres iguales a otros seres desenfrenados con una sola meta: conquistar. Y si llegan a tener un buen sexo pueden decir que ganaron el premio mayor de la lotería.
Así se sentía él cada fin de semana con la adrenalina a flor de piel, en esa vertiginosa lucha de poder y de sentirse un ganador.
El no era exactamente lindo, yo lo describiría como a alguien de muchísima personalidad, con ángel, con carisma, muy varonil y sumamente irresistible.
Con un no se qué, que atrae como un imán y una vez cerca cuesta despegarse de su lado.
Pero para él, todo es descartable, y cada viernes comienza su loca carrera descontrolada de seducir, pero jamás caer bajo las redes de eso que llaman amor y que él no está dispuesto a conocer.
1 comentario:
Quien sabe...cuando menos se loespere....
*muy lindo, espero el resto amiga!!!
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