
CON UN AS EN LA MANGA
Parto con el dolor encaramado a mis espaldas,
con una nube derrotista sobre mi cabeza,
y el cansancio de mis huesos roídos.
Con desilusión en el alma,
con dolor en el cuerpo.
y con la angustia de dejar todo atrás,
vencida como un buen jugador
que aposto todo en su ultima partida,
aun sabiendo de antemano que las cartas
no eran las propicias para aventurarse en el juego.
Aun así sabiéndome en desventajas aposte al todo o nada,
arriesgue mas allá de los limites,
mas allá de todo lo preestablecido,
y me duele mas de lo que suponía.
Uno no sabe calcular el porcentaje de dolor,
menor o mayor grado, pero agonía sin medida
no cabía dentro de mis planes.
Planes, quien pudiera acertar la decisión correcta,
quien pudiera luchar contra designios del destino,
o torcer una voluntad.
Mil y una vez me dije que no estaba todo perdido,
que aun con el cansancio de la lucha debía seguir de pie,
mantenerme firme,
luchar hasta el cansancio, hasta la agonía.
Pero ya ves, uno se ordena mentalmente,
pero la razón desconoce sentimientos.
Y los sentimientos alborotan la razón,
y la estupidez esta al orden del día,
en cada paso, en cada movimiento,
y en cada acción que solo provoca una reacción contraria,
ya no mas luchas,
ya no mas sufrimientos,
abatida, confundida, y perdida,
en un magro intento por recuperar mi vida,
parto
y quizás sea de cobardes,
o quizás de valientes retirarse del campo de batalla,
con heridas profundas que carcomen la vida,
perdí y en un fallido intento por no darme vencida
jugué con un as marcado en la manga,
ultimo recurso, ultimas burbujas de aire,
aun asfixiándome con mi amor,
pero valía la pena,
que sentarme a la veda del camino,
y ver el carro de los triunfantes pasar.
TORMENT@
Parto con el dolor encaramado a mis espaldas,
con una nube derrotista sobre mi cabeza,
y el cansancio de mis huesos roídos.
Con desilusión en el alma,
con dolor en el cuerpo.
y con la angustia de dejar todo atrás,
vencida como un buen jugador
que aposto todo en su ultima partida,
aun sabiendo de antemano que las cartas
no eran las propicias para aventurarse en el juego.
Aun así sabiéndome en desventajas aposte al todo o nada,
arriesgue mas allá de los limites,
mas allá de todo lo preestablecido,
y me duele mas de lo que suponía.
Uno no sabe calcular el porcentaje de dolor,
menor o mayor grado, pero agonía sin medida
no cabía dentro de mis planes.
Planes, quien pudiera acertar la decisión correcta,
quien pudiera luchar contra designios del destino,
o torcer una voluntad.
Mil y una vez me dije que no estaba todo perdido,
que aun con el cansancio de la lucha debía seguir de pie,
mantenerme firme,
luchar hasta el cansancio, hasta la agonía.
Pero ya ves, uno se ordena mentalmente,
pero la razón desconoce sentimientos.
Y los sentimientos alborotan la razón,
y la estupidez esta al orden del día,
en cada paso, en cada movimiento,
y en cada acción que solo provoca una reacción contraria,
ya no mas luchas,
ya no mas sufrimientos,
abatida, confundida, y perdida,
en un magro intento por recuperar mi vida,
parto
y quizás sea de cobardes,
o quizás de valientes retirarse del campo de batalla,
con heridas profundas que carcomen la vida,
perdí y en un fallido intento por no darme vencida
jugué con un as marcado en la manga,
ultimo recurso, ultimas burbujas de aire,
aun asfixiándome con mi amor,
pero valía la pena,
que sentarme a la veda del camino,
y ver el carro de los triunfantes pasar.
TORMENT@
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